miércoles, octubre 27, 2010

Una Maestranza de Caballería Insólita

No cabe duda que una de las bondades de la tecnología es la capacidad del intercambio de información de manera casi inmediata a grandes distancias, lo que nos beneficia intelectual, cultural y socialmente. 

Tal es el caso de un nuevo amigo de México Heráldico, el cual puedo denominar, a pesar de la escasa comunicación que hemos establecido y sin miedo a equivocarme, como todo un Caballero, y aún mas por la muestra de conocimiento sobre el noble arte del Blasón y todo lo que a esta ciencia le rodea, y que con su aportación, nos muestra que en México seguimos ignorando la valiosa herencia Heráldica que poseemos. 

Y con estas palabras presento al excelentísimo Doctor Don José María Montells y Galán y sus amables letras remitidas para ennoblecer y apoyar el crecimiento de este portal, no sin antes mostrar sus finas armas:



Hace ya algunos años, después de un viaje a México, un gran amigo me dijo sentencioso que encontraba tan españoles a los mexicanos que eran “los únicos iberoamericanos que se permitían criticar a España en presencia de un español”. No hay duda de que los mexicanos tienen un mucho de españoles. Y viceversa. Entre México y nuestra Patria, existen lazos muy difíciles de explicar. De los países de Hispanoamérica, quizá solo puedan compararse a los vínculos que nos unen a Cuba. En el caso de México, una larga relación de amor y odio, de encuentros y desencuentros, de admiración y rechazo. Con Cuba, nos ocurre que llevamos impresa la nostalgia de su pérdida y el alegre carácter de los sufridos isleños, tan castigados por los Castro, esos contumaces y despóticos gallegos que les tiranizan. Dos naciones que los españoles llevamos en el corazón.

Curioso resulta que fueran estos dos países entre todos los americanos, los únicos que tuvieron en su historia, un episodio nobiliario casi desconocido. Me refiero al intento de creación de dos Maestranzas de Caballería. Ya se sabe que las maestranzas son corporaciones nobiliarias creadas con la intención de que la nobleza se ejercite en el manejo de la equitación y las armas como posibles auxiliares de la Corona y el Ejército en la defensa de las instituciones. Así, se disponía de una caballería financiada directamente por los mismos maestrantes. Las reales maestranzas se organizaron bajo la advocación de un santo patrón y se establecían internamente de la misma forma que una cofradía. Actualmente, en cuanto meras asociaciones, se rigen por la ley 1/2002, de 22 de marzo reguladora del derecho de asociación, así como por sus propios estatutos.

Muy posiblemente por todo ello, en 1709 la Majestad Católica de Felipe V, aprobó la creación de la Real Maestranza de Caballería de la Habana con el fin de que los nobles criollos ayudasen a la defensa de la isla de los continuos ataques del corsario inglés. Cincuenta años después la corporación desapareció por consunción.

Probablemente por imitación de la maestranza cubana, 31 caballeros mexicanos, casi todos ellos maestrantes de la de Ronda, pidieron en 1789 a Carlos IV, autorización real para erigir la Real Maestranza de Caballería de México. Al año siguiente, elevaron una instancia por medio del Virrey, Conde de Revillagigedo, para que se aprobase definitivamente, pero el Consejo de Indias desestimó la iniciativa por recelo a un posible contagio independentista entre la nobleza novohispana.

Así que no es extraño que recogiendo su propia tradición se fundase el 20 de Enero de 1988, una Maestranza de Caballería de la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Mérida de Yucatán, bajo los auspicios del Instituto Mexicano de Heráldica y Genealogía, a semejanza de las maestranzas españolas, teniendo por fin principal el de fomentar las artes ecuestres y el conocimiento sobre la cría caballar, reconociéndose en este caso la de la raza azteca, orgullo de México

El escudo de la Maestranza de Caballería de la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Mérida de Yucatán en un escudo cuadrilongo, redondeado en punta:
Partido. 1º.- de azur y 2º.- de sinople. Sobre el todo, una cruz flordelisada (como la de Calatrava), blanca y fileteada de oro, cargada en su centro por las Armas de la Ciudad:
Escudo partido: 1º.- De azur, con un castillo de oro, aclarado de gules y mazonado de sable.  2º.- De sinople, con un león rampante, de oro, armado y lampasado de gules. Divisa de gules, con la leyenda MUY NOBLE Y MUY LEAL CIUDAD DE MERIDA, en letras de oro. Al timbre, corona Real abierta.
Adornos exteriores: Ramas de laurel de sinople, frutadas de gules.
Divisa de oro con la leyenda MAESTRANZA DE CABALLERÍA DE LA M. N. y M. L. CIUDAD DE MÉRIDA, en letras de gules. Timbre: La corona real abierta del blasón meridano.



Sus Ordenanzas añaden que está creada para que la juventud adquiera un adiestramiento y cierta perfección en los ejercicios ecuestres, por medio de los cuales se llegase en su día y caso de necesitarla México, a formar un plantel de jinetes que reunidos en distinguidos cuerpos de caballería pudiesen servir para la defensa de la Patria. Igualmente, sus actividades se dedicarán al ejercicio y práctica de la charrería y demás deportes hípicos, así como para honrar a todas aquellas instituciones y personas que vayan por el mundo, ensalzando y pregonando con orgullo, el nombre de la Mérida de Yucatán y recibir en ella a todos aquellos que, desinteresadamente y de manera muy especial, hayan realizado alguna actividad en beneficio de nuestra ciudad, así como para los ciudadanos de las otras Méridas del mundo (España y Venezuela)

Serán maestrantes de justicia todos los descendientes de los descubridores, exploradores y conquistadores de Yucatán y la Nueva España; Excmos. Señores Generales de los Ejércitos mexicano y español; Excmos. Señores Grandes de España; Excmos. Señores Caballeros Maestrantes de Ronda, Sevilla, Granada, Zaragoza y Valencia y Caballeros pertenecientes a las Ordenes Militares de Caballería. Y de Mérito: Los Excmos. Señores Alcaldes de las Ciudades de Mérida de Yucatán, México, Mérida de España y Mérida de Venezuela; Ilmos. Señores Jefes de los Ejércitos mexicano y español e Ilmos. Señores Títulos del Reino de España y demás reinos de Europa. Podrán ser numerarios los Señores Oficiales de Caballería de los Ejércitos mexicano y español; Hijosdalgos a Fuero de España y demás miembros de las Corporaciones nobiliarias españolas y extranjeras. 

Lo serán de Gracia: Los Hermanos Mayores de las Cofradías y Hermandades; Directivos de las Federaciones Nacionales de Charros; miembros de los Lienzos Charros y Federaciones Deportivas de Hípica; criadores de caballos y propietarios de yeguadas, así como los jinetes que hayan pertenecido o pertenezcan a los Equipos Olímpicos ecuestres. 

A su vez, los Maestrantes del Gran Collar, sea cual sea la categoría en la que ingresen, llevarán un collar de oro o plata dorada, formado por castillos y leones, interpolados de una letra M esmaltada en blanco y fileteada en oro. Pendiente del mismo, la Cruz de la Maestranza coronada por una real abierta (una cruz de Calatrava de esmalte blanco cargada en su centro del escudo de la ciudad de Mérida). Los poseedores del Gran Collar estarán en posesión, igualmente, de la Gran Cruz de la Maestranza. Los Maestrantes Grandes Cruces, llevarán la Cruz de la Maestranza, sobre ráfagas de oro o plata doradas y una banda de moaré blanca con los filos amarillos, casi tocando el borde, de la cuál penderá la misma Cruz, de un lazo, en su costado izquierdo. Los poseedores de la Gran Cruz estarán en posesión, igualmente, de la Encomienda y de la Cruz de Caballero de la Maestranza. Los colores de la cinta y banda de la Maestranza representan al Estado de Yucatán y a la M. N. y M. L. Ciudad de Mérida. Blanca, con dos filos amarillos, casi tocando los bordes. El blanco, por Mérida “La Blanca”, como es conocida y el amarillo, por el sol de Yucatán.

Gran Collar

Gran Cruz

Comendador, Dama, Caballero

Capítulo aparte merece todo lo relativo a la indumentaria de la Maestranza: El uniforme de gran gala de los Caballeros Maestrantes estará formado por una casaca azul claro con las vueltas, bocamangas, collarín y solapas verdes, con galón dorado de castillos y leones. Dos filas de ocho botones dorados con la Cruz en blanco en el frente y otros cuatro, de menor tamaño, en cada una de las bocamangas. Charreteras verdes con soutache y alamares dorados cargadas de la Cruz de la Maestranza y con los distintivos jerárquicos correspondientes a cada cargo. Pantalón recto negro, con galón lateral dorado de castillos y leones. Los militares de Caballería y miembros de otras Maestranzas, podrán llevar pantalón de montar blanco, botas negras altas y espolines dorados. Los jinetes y demás caballistas, llevarán los espolines plateados. Cinturón dorado con hebilla con la Cruz esmaltada en blanco y tahalí dorado. Espada con la Cruz de la Maestranza, esmaltada en blanco con fiador dorado. Sombrero bicornio negro, con galón dorado y plumas blancas. Zapatos negros de charol y guantes blancos. Pasador con miniaturas, Grandes Cruces, banda, placas y cruces.

El uniforme de actos sociales estará compuesto por una chupa azul, con el cuello y las bocamangas de raso verdes, con dos filas de 3 botones dorados con la Cruz esmaltada en blanco al frente y otros tres botones más pequeños en las bocamangas. Charreteras verdes con soutache y alamares dorados cargadas de la Cruz de la Maestranza y con los distintivos jerárquicos correspondientes a cada cargo. Camisa blanca de etiqueta. Chaleco blanco con una fila de 5 botones dorados con la Cruz esmaltada en blanco y corbata de lazo blanca. Pantalón recto negro, con galón lateral dorado de castillos y leones. Zapatos negros de charol y guantes blancos. Pasador con miniaturas, Grandes Cruces, banda, placas y cruces (si está presente en el acto el Presidente de México, algún Rey o Jefe del Estado, la banda se llevará sobre el chaleco. En caso contrario, bajo él.) 

Para mí que el lema de esta Maestranza lo resume todo: GUADALUPE Y SANTIAGO. La Virgen India y el Apóstol. La Nueva España y las Españas. Estaría incompleto este acercamiento a la Maestranza de Mérida, sino destacase que fue un hispano-mexicano, mi caro amigo el caballero lazarista don Luis Espejo y Valdelomar, quien le puso más empeño a la creación de esta Institución que hermana una vez más a México y a España. 

Espejo tiene un algo de Alatriste y otro poco de guerrero águila del Imperio Azteca. De la Casa Baronial de Fuente de Quinto, es un ejemplo de hidalgo a la vieja usanza. Ha sido de todo, desde editor de revistas a Jefe de Estado Mayor. Historiador de raza, es el culpable del moderno interés por la figura del Adelantado don Francisco de Montejo, conquistador de Yucatán. Montejo, el primer yucateco, era un coloso y su recuerdo estaba algo relegado por el indigenismo miope. En España, ya se sabe, está olvidado a la sombra del gran Cortés. Luis Espejo lo ha recuperado, otorgándole el lugar que le corresponde en la historia de la ciudad de Mérida, de la que su hijo, Montejo el Mozo fue Fundador y de todo Yucatán. Espejo es también, por nombramiento oficial, Valladolid Rey de Armas (de allá, de México) y a él se debe buena parte de los escudos municipales mexicanos bien hechos. Ante su rica personalidad, no hay más remedio que rendirse.  

Montejo, el hijo.

Fue Espejo quien acudió a S.A.I.R. don Andrés Salvador de Habsburgo-Lorena para que el príncipe aceptase el nombramiento de Hermano Mayor Protector. Lo hizo en memoria (y quizá en desagravio) del Emperador Maximiliano de México, otro Habsburgo, que la Revolución se llevó por delante. Uno está más por el Emperador que por Benito Juárez, todo hay que decirlo. Soy testigo que don Andrés Salvador no vaciló ni un instante en otorgar su regia protección. Para algunos pocos, los deberes que impone la sangre no se pueden eludir. 

Don Luis Espejo Valdelomar (en el centro).

Es de justicia añadir que Luis Espejo contó con algunos españoles ya en los tiempos fundacionales, entre ellos, varios amigos entrañables: el director del Colegio Heráldico, don Luis Valero de Bernabé, marqués de Casa Real, los académicos don Ernesto Fernández-Xesta, don Bernardo Ungría o don Manuel Rodríguez de Maribona. 

El actual canciller del Capítulo español es don Guillermo Torres-Muñoz y Osácar, garantía del rigor con el que esta Maestranza mexicana se toma los asuntos de España. Ahora, la Maestranza quiere potenciar el Capítulo. Es natural que después de afianzar la Institución en México, se pretenda volver a los orígenes, a la Patria grande del primer yucateco. Que conste que a mí la iniciativa me parece grandiosa, una buena noticia, urbi et orbi, para ser más preciso.

Y así, mis estimados lectores, hoy aprendemos un poco mas de la herencia del México Heráldico que no debemos olvidar, sino todo lo contrario, preservarla y hacerla perpetuar. 

Sin duda una excelente aportación, de antemano gracias a mi estimado amigo, el Doctor Montells, de quien esperamos con ansia mas de sus letras tan completas como estas.

Saludos y nos leemos en la siguiente entrada.