lunes, octubre 25, 2010

Influencia de hechos y símbolos prehispánicos en la Heráldica Europea y Nacional

Los escudos de armas encierran un fuerte simbolismo en sus colores, figuras, esmaltes, particiones, metales que los integran y señalan los motivos existentes para conceder dichos escudos, estando relacionados con los lugares de origen, patronos, si existen, animales propios de un lugar o su adopción para inmortalizar algún hecho heroico o histórico.

Ciertamente estos principios son los que le dan pie a la Heráldica Mexicana, y en general a la Mesoamericana, con estas palabras destacó que los escudos que hubo en la época virreinal, tenían elementos muy hispanos combinados con los prehispánicos otorgados obviamente por los reyes, entre quienes destacó Carlos V por la entrega a manos llenas de esta heráldica a familias y lugares.

Armas de Carlos V
Una ojeada a los privilegios heráldicos otorgados a los conquistadores españoles, en la época imperial carolina, muestra un matiz especial, ya que tales privilegios son numerosos, pues las hazañas que eran reconocidas y premiadas se desarrollaron en todo el nuevo mundo y por muchos hombres, con lo que se pretendía por los beneficiarios, hacer memoria de las proezas realizadas y recordar las armas que los antepasados de los conquistadores, en muchos casos, también tenían, en recuerdo de antiguas glorias.

En la Nueva España, hoy México, el inicio del uso de la heráldica demuestra escaso valor artístico y estético, del mismo modo que no se muestra un correcto uso del lenguaje de la ciencia del blasón, ejemplo de esto, es el escaso uso de palabras como gules, sable o sinople, y llamando a los esmaltes con su nombre común como lo son rojo, negro y verde respectivamente. Otro ejemplo de esto es el nombrar a los lambrequines como trascoles o trascolas. Tales descripciones todavía se pueden leer hoy en día en la heráldica estatal del país, como sucede en el caso de los estados de Guadalajara, Durango y Zacatecas, por poner un ejemplo.

En la parte gráfica de los blasones podemos identificar el frecuente uso de cimeras o divisas, la cuales rara vez tienen relación con las figuras del blasón, como suele suceder en la heráldica europea.

Como ya se menciono, los privilegios heráldicos relatan las hazañas de quien los recibe, pero en muchas ocasiones el privilegio no es solo heráldico, sino político, como el caso del tlatoani Moctezuma, cuya descendencia fue reconocida como un noble linaje para mantener un cierto dominio en la población indígena, además de las preeminencias y prerrogativas que a los mismos concedía.

Siguiendo la misma idea de la heroicidad, la mayoría de los blasones recibidos por los protagonistas de la Conquista fueron armas alusivas, es decir, que ilustran algún hecho memorable. Así, las de Cortés ostentan, no solo las coronas de los últimos tres Reyes tenochcas “que vos vencisteis”, como dice la motivación imperial y las armas de la Ciudad de México “en memoria de haberla ganado”, sino también en la orla, las cabezas de los siete reyes que el conquistador venció y despojo.

Armas de Don Hernán Cortés
Otro es el caso de Diego de Ordaz, a quien “le dieron… una encomienda del Señor Santiago y por armas al bolcan [Popocatépetl] qu’está entre Guaxoçingo y cerca de Cholula”, tal mención ganada por ser el primer alpinista del nuevo continente del que se tenga registro, ya que gano la cima del volcán, con el propósito de “comprobar que era nieve lo que en el cono se veía” a ordenes de Hernán Cortes. O también como a Juan de Salamanca, a quien le dieron por armas el penacho que llevaba el caudillo azteca Ciuacoalt, portabandera indígena, en la batalla de Otumba, “y lo tienen sus descendientes en sus reposteros”.

Litografia que representa a Juan de Salamanca en dicho acto
Una evidencia de este mestizaje se evidencia con Juan de Mansilla, el 27 de noviembre de 1525 cuando solicita al emperador “pues sus servicios lo merescen, le haga merced de le dar por armas un rey coronado que prendió en la guerra de la dicha cibdad de México con una cadena al cuello en campo de agua como lo prendió y en la otra del escudo a la mano izquierda una fortaleza en el agua ques la de la dicha cibdad donde el hizo muchas cosas señaladas, y en la parte baja a la derecha del rey, un león enhiesto en campo verde; y en la otra parte del escudo un peñón donde el peleo con los indios questaban fechos fuertes y los vencio en campo”. La respuesta dice: “Fiat. Sin corona porque no era rey”.

Otro es el caso del grupo de indios que deben aparecer en el cuartel de las armas del Capitán Sandoval. O como con Jerónimo López, el jinete que aparece a caballo es el mismo que recibe las armas “vos a caballo” dice el documento. 

Y toda esta serie de armas concedidas a los conquistadores no solo ocurrieron en México, sino también al sur del continente, como con Jácome de Castellón, con el cual se dice que aparezca la Ciudad de Cumana en sus armas, mismo es el caso de Francisco Pizarro con la Ciudad de Cusco.

Armas de Jácome de Castellón
Así pues, no solo los actos influyeron en los diseños de la armería novohispana, la fascinación de los conquistadores por los monumentos y ciudades mucho mas grandes que las conocían se refleja en la heráldica imperial carolina de Hispanoamérica, pues no solo es frecuente la representación de Villas y albarradas, sino también de teocalis o adoratorios indios, como lo ejemplifican las armas de Pedro Moreno, aun cuando la real cedula habla de teocali, el dibujo representa una torre ordinaria. En otras armas como las de Pedro Lozano, Francisco Montaño y Andrés Núñez, el teocalli se representa como una estructura semejante a la de los antiguos adoratorios pero rematada con un torreón europeo.

Del mismo modo, quedaron impresionados por lo extraordinario de muchos animales y plantas,  como el jaguar, el cual es común verlo en muchos blasones designado como “tigre”, como en las armas de Hernando de Tapia, en las que aparece un animal fantástico mitad águila y mitad tigre mirando a la diestra y siniestra respectivamente, y no se asemeja en lo mas mínimo con la figura heráldica del leopardo. Otro animal excepcional es el cóndor, el cual aparece en las armas de Diego Rodríguez de Figueroa, dadas en Madrid el 15 de abril de 1540, con la aclaración de que eran un buitre llamado cóndor.

Armas de Hernanado de Tapia
Un animal que de igual manera impresiono a los conquistadores fueron las víboras y culebras, tanto por su numero como por su variedad, como en el caso de las armas de los descendientes del Inca, “Vos señalamos damos y concedemos por Toyson propio para que le traigas puesto en el pecho: Un mascarón de oro, que le cojan doce pares de culebras coronadas y estén asidas unas de otras formando lazos y eslabones”. Sobre esta misma idea se hallan calamares en las de Juan Fernández, animal que no es muy usado en la heráldica europea.

Pero querido lector, la cultura precolombina no solo influyo en los blasones venidos de Europa, sino también utilizo elementos que volvieron a la heráldica colonial única y endémica, como se puede ver en el uso especifico de ciertos muebles en el campo de la botánica, tales como las pencas de nopal, como en la bordura de la armas de la imperial ciudad de México, o las de Diego Pérez de Zamora y sus hermanos, en el que el nopal o “árbol de tuna” muestra su fruto en la pintura, ósea la tuna.

Finalmente, en materia de leyendas, la mas curiosa es la que aparece en el blasón del Marqués Don Francisco Pizarro, es están en idioma indígena: Quiz quiz chale Cuchiman Incurabaliba Ura garaga Unanchuelo luminambi Maytato Panqué, los cuales son los nombres de los siete jefes indígenas que derroto en su conquista del Perú.

Armas del Marqués Don Francisco Pizarro
Pues bien mis estimados lectores, como verán América esta repleta de heráldica, europea y mestiza, propia y extranjera, y a pesar de eso y gracias a los procesos políticos e históricos de cada nación americana no podemos dejar de sorprendernos de cuan ignorados son, incluso por los descendientes de los conquistadores, pero a pesar de estas adversidades, podemos detenernos a observar y los símbolos patrios de muchos países demuestran cómo en pleno siglo XXI el uso de los símbolos nacionales, la toponimia prehispánica y la heráldica siguen siendo una parte muy importante de nuestra vida como remembranza de la identidad nacional.

Saludos mis estimados lectores, nos leemos en la siguiente entrada.

P.D.
Espero que ustedes puedan perdonar la falta de ilustraciones de esta entrada, pues son armas que me han sido difíciles de dar a conocer, pero si ustedes tienen información de los nombres mencionados, quedo a su disposición para recibir sus generosos comentarios.