De Oaxaca, respuesta a Don Carlos Alberto Cerda Acevedo y a un servidor.

Hace ya unos ocho días que el ya conocido amigo de México Heráldico, Don Claudio Sánchez me remitió unas líneas con respecto al tema que se vino tratando acerca de la antigua Ciudad de Antequera, hoy la actual Oaxaca.

Debido a mis diversas ocupaciones no me habia sido posible publicar sus notables y valiosos comentarios, pero hoy a falta de una breve descripción, noble lector, me permito dar a conocer esta agradable misiva:

Muy estimados don Jesús Ávila Pajarito y don Carlos Alberto Cerda Acevedo.

Les escribe nuevamente Claudio Sánchez Islas, desde la sureña ciudad de Oaxaca.

En el mes de abril le escribí a su blog, solicitándole información a Ud., don Jesús, y a su público lector para aclararme las dudas respecto al escudo heráldico que España concedió a mi ciudad cuando fue dada de alta como tal, en el ya bastante lejano 1532.

Para dicha mía abundó información don Carlos Alberto Cerda Acevedo, toda muy útil y nueva.

Por esas fechas estaba yo empeñado en la conclusión de un libro que titulé "Oaxaca y sus patrimonios naturales y culturales", el cual ya salió de la imprenta. Eso me impidió contestarles y agradecerles a Ud. y a don Carlos Alberto, pues además de que tenía que estar viajando por el interior del estado me sobrevino una parálisis facial que me dejó noqueado (Ya estoy nuevamente al 100 por ciento).

Sin embargo la información que me proporcionó su blog me sirvió para incluirla en el pie de la foto que acompaña a ese escudo. Dicho emblema heráldico es ahora más un recuerdo legendario que un referente histórico, pues ya ninguno sabíamos cómo leerlo. Oficialmente ya no nos identifica desde que se logró la Independencia de España.

En el siglo XIX el León de España dejó su lugar a la cabeza decapitada de una princesa binnigula´saa´ cuyo sacrificio heroico dio identidad a Oaxaca entera y ahora solamente al Municipio de la Capital.

Esta cabeza cortada de la princesa Donají, hija del rey Cocijoeza (binnigula´saa´) y de Coyolicatzin (azteca) representa quizás un ejemplo de heráldica laica, popular, con códigos distintos de los que originaron dicha ciencia y arte en la Europa medieval. Aún es muy popular este modo de componer escudos heráldicos en casi todos los municipios de Oaxaca, ¡que suman 570!  Le anexo a este correo ese escudo en dos versiones:

La primera es la cabeza únicamente, cortada desde la base del cuello, que está rodeada de armas aztecas: arco, flecha, macahuitl o espada de hojas de obsidiana, carcaj... Ella está coronada por el laurel, como si fuese una generala triunfante. Es así porque, dice la leyenda, ella fue dada por su padre zapoteca a los ñuu savi (mixtecas) como garantía de que no les atacaría militarmente, pues estaría de por medio la vida de la princesa. Los ñuu savi ya eran dueños de la ciudadela de Monte Albán, imponente zona arqueológica fundada por los binnigula'sa', después perdida por ellos a

manos de los ñuu savi. 

Donají vive allí como rehén de fuerzas que no puede controlar, pero el amor llega y un capitán enemigo se enamora de ella y la corteja y el amor en primera instancia florece, pero la princesa enfrenta entonces un dilema moral: ¿se enamorará del enemigo de su pueblo? Decide que sí, pero al mismo tiempo que no. Observa la guarnición y con ayuda de su servidumbre analiza el momento en en que bajan la guardia y da aviso a su padre. Éste ataca con ventaja. Los ñuu savi huyen, pero se dan cuenta del papel jugado por la princesa así que la arrastran con ellos. Cuando han bajado de la montaña que es Monte Albán, deciden sacrificar por traidora a Donají. Le cortan la cabeza y la sepultan en la vega del río Atoyac y se van.

La victoria de su padre no fue tanta. Días depués, un joven que camina por la orilla del río observa un primoroso lirio en tan inusual sitio. Cuando trata de arrancarlo, escucha una queja de dolor. Escarba y encuentra esta cabeza incorrupta de la doncella, de cuya sien derecha (u oído derecho, se dan ambas versiones) brota aquella flor tan blanca. El río Atoyac es el que facilita que la ciudad que hoy es Oaxaca, haya sido fundada en tiempos mucho pero mucho muy lejanos, quizás dos mil quinientos años atrás.

Este es el origen de nuestro escudo heráldico, quizás inusualmente macabro. Será bueno conocer qué tan recurrente es el uso de cabezas de mujer decapitadas en la heráldica europea. Yo deduzco que los autores de esta compleja simbología son escritores liberales oaxaqueños del siglo XIX. Por supuesto, no tiene autor, como debe ser toda leyenda...

Y justamente en el cabildo que hoy está en funciones, adoptaron el emblema liberal de Donají. Cabe aclarar que cada cabildo que llega le pone, le quita, la adorna, la colorea, la refleja, etcétera, a este escudo, usándole como un logotipo moderno. El actual tomó aquel que está adornado con banderas cruzadas atrás, muy típica de los escudos del siglo XIX. Si no recuerdo mal, esta estampa corresponde a la fecha en que Donají representaba a todo el estado de Oaxaca y no nada más al municipio de la capital. Por supuesto los diseñadores contemporáneos le quitaron cosas que pensaron que no vendrían al caso, pero respetaron el dibujo y la ausencia de color, excepto el negro.

Le anexo dos Donajís: la clásica y la que está en funciones.

También le anexo una imagen del glifo azteca (mexica) de Oaxaca, que es anterior al de Donají, que sí es histórico, pero que actualmente, en el escudo del gobierno del Estado, ocupa –convengámoslo así– el primer cuartel. Su significado es: Colina de huajes: Huaxyacac: Oaxaca.

No obstante, fruto de mis viajes por la provincia de esta provincia para ilustrar mi libro, logré fotografiar algunos escudos heráldicos que seguramente les agradará conocerlos, tanto a Usted como a don Carlos Alberto.

El primero de ellos es un Escudo de España que está en una piedra sobre la pared de una casa que fue importante en la población de Huitzo, aunque hoy está en ruinas. Su manufactura no es muy buena, pero por suerte es bastante clara y no ha sufrido vandalismo. Seguramente en esta casa habitó la autoridad novohispana, pues está enfrente del actual Palacio Municipal, plaza de por medio, y a un costado del templo y convento dominico. Ustedes mejor que yo podrían hacer la descripción de sus elementos. Este escudo debe medir 1 metro de alto por 70 cm de ancho.

Otro escudo que anexo es mucho más delicado en su manufactura. Adorna, de manera muy protagónica, la puerta de entrada de la iglesia de San Juan Bautista Coixtlahuaca, maravilloso convento dominico ubicado en la frontera entre la nación mixteca (ñuu savi) y la chochcolteca (ngui gua), al norponiente de la ciudad capital. Llama mucho la atención por sus dimensiones y por lo claro de su grabado. Quizás mida un metro y medio de alto por un metro de ancho. Está como a cinco o seis metros del nivel del piso, gracias a lo cual, a lo largo de nuestra historia no sufrió la iconoclastia. Seguramente es el escudo de la casa de Austria, Felipe II o su padre, ya que este convento se inició su construcción a mediados del siglo XVI.

Otro escudo más, también muy interesante, es el de los dominicos en San Pedro y San Pablo Teposcolula, en el corazón de la Mixteca baja. Llama la atención el decorado que ornamenta la cruz flordelizada, en la cual se puede observar la mano de obra indígena, a diferencia del escudo de Coixtlahuaca, que fue hecho, opino yo, por un tallador español. Es muy bello y está arriba del portón de la iglesia, en el centro, digamos en el sitio equivalente al que está el de los Austria en Coixtlahuaca, sólo que aquí los dominicos prefirieron usar el propio.

Un tercero es el único escudo que queda de Hernán Cortés en lo que fue la sede de su marquesado. De hecho es totalmente desconocido. Lo alberga el muro interior de lo que fueron las casas cosistoriales de Cuilapan de Guerrero, construida frente al precioso convento de esta población, el cual quedó inconcluso por pleitos legales entre los frailes y Cortés, que reclamó como suya la propiedad donde se estaba levantando la iglesia, de nave basilical. Esta casa está en ruinas, al igual que el escudo, que ya muestra signos de  deterioro. El resto de la casa es precioso y debería restaurarse, opino. En su portón principal, en el remate, está un escudo coronado de España. Voy a ver si tengo la foto a la mano y se la agrego.

Considero que uno debe ser agradecido y compartir lo que sabe o lo que encuentra. Por eso les estoy remitiendo tan largo y quizás aburrido correo, como muestra de gratitud, pues sus datos me han sido muy útiles. Para eso hace uno un blog. Yo tengo el mío y aquí se los comparto: http://librosdeoaxaca.blogspot.com/

...Sin embargo hay una duda que me asalta: ¿Por qué 8 aspas? ¿Qué significa esa cantidad? ¿Por qué no 3 o 20 u 11?... 

Me atreví a hacer una interpretación de lo que entendí sería el código de color correcto para el escudo de Oaxaca. Se lo anexo, así como el que usé para solicitarles la información. Dicho escudo, hecho de estuco, se quedó en una sede anterior del Ayuntamiento de Oaxaca, en el descanso de la escalera principal de lo que hoy es el Museo de los Pintores Oaxaqueños (arte contemporáneo). Los colores que luce deben haber sido inspiración de algún funcionario, porque la bordura no es de gules, como anotó don Carlos Alberto, sino de azur... así que en la computadora le moví los colores. Es un atrevimiento, pero los diseñadores gráficos solemos ser creativos y fantasiosos, aunque en una de esas recuperamos los colores originales del escudo del "leoncito", como aquí le llamamos popularmente.

Oaxaca sin corregir

Oaxaca con colores corregidos

Por supuesto pueden compartir estas fotos mías como ustedes dispongan.

Les mando un cordial abrazo a Ustedes y a sus lectores.

Claudio Sánchez Islas.


Así pues, querido lector, quedamos en espera de sus comentarios y opiniones, saludos y nos leemos en la siguiente entrada.