Me alegra de sobremanera que este sitio poco poco ha tomado forma y se ha ido abriendo en opiniones y aportaciones de nuestros nobles lectores, lo cual no hace otra cosa más que enriquecer el contenido cultural de este sitio con respecto a nuestra tan querida Ciencia Heroica.
Tal es el caso del muy querido amigo de México Heráldico, el señor Don Carlos Alberto Cerda Acevedo, cuyas nobles armas cierran este párrafo y quien muy amablemente me remite unas líneas con una gran aportación a la entrada anterior, llena de comentarios y datos con una invaluable calidad informativa y que seguramente dejaran muy en claro algunas cuestiones sobre la heráldica concedida en la Nueva España.
Estimado don Jesús:
Le saluda Carlos Cerda Acevedo, frecuente lector de Vd. y, por consiguiente, dedicado al estudio -dentro de mi humilde raciocinio- de la Ciencia Heroica, estudio el que he intentado exponer en mi blog llamado "Derecho Heráldico" (http://derechoheraldico.blogspot.com). Desde ya, le envío mi sincera felicitación, puesto que su trabajo por mantener viva la heráldica mexicana, un acervo rico en inculturación europeo-americano de casi cinco siglos, por lo que vuestro trabajo contribuye, nada menos, que a difundir la raigambre del pueblo mexicano, por consiguiente su trabajo es digno del mayor elogio que pueda expresarle.
En cuanto al motivo de este mensaje, quisiera contribuir a la pregunta manifestada por D. Claudio Sánchez Islas, publicada en su blog el día 5 del corriente, en la que ruega una explicación de los componentes del antiguo escudo de Oaxaca, según los Blasones concedidos por la Real Cédula expedida el 25 de abril de 1532 por el César Carlos V, que de paso le otorga el título de "Muy Noble y Leal Ciudad" de Antequera de Guajaca.
Esta misma pregunta la formuló el señor Sánchez Islas en el celebérrimo "Blog de Heráldica" del mayor del Ejército del Aire español, señor D. José Juan Carrión Rangel, el día 8 de noviembre de 2010; que en fechas posteriores varios tratamos de responder, al parecer en vano, pues don Claudio continúa con la interrogante. En efecto, razón tiene don Claudio en perseverar en su pregunta, pues las contestaciones realizadas por los lectores del ya citado y famoso foro sobre heráldica, apenas esbozó ciertas ideas, pues bien dice el señor Sánchez que poco se ha dicho de las figuras que componen el blasón de la otrora Antequera.
Por tal motivo, me considero en deuda con el señor Sánchez, valiéndome de su buena voluntad en publicar esta aportación mía, siguiendo con la idea central de mi aportación publicada en el "Blog de Heráldica" del señor Carrión, de fecha 17 de noviembre de 2010, a saber:
1. Huelga añadir, a modo introductorio, que las Reales Cédulas son instrumentos jurídicos emanados del despacho del príncipe, en que sólo establecían las causas jurídicas para la concesión de un blasón y las disposiciones que ordenaban el blasonamiento del escudo. Es decir, señalaban los antecedentes que se tuvieron a la vista para la concesión (vg.: petición del cabildo, solicitud del conquistador, etc.) para después describir la forma y contenido del escudo de armas, ordenando tenerlo como válido y oponible con respecto a cualquiera persona. En consecuencia, estos instrumentos nunca expresaron motivos por los cuales se elegía tal metal o esmalte, o tal figura, pieza o mueble. Con todo, es posible inquirir la composición de las armas municipales del período colonial o indiano a partir del estudio sistemático que ha hecho la historiografía y la heráldica.
2. Puesto lo anterior, y apoyado en la literatura consultada, mantengo mi apreciación que las armas de la antigua Antequera de Guaxaca se hallan dentro de la categoría de blasones municipales otorgados por concesión soberana, también llamadas “armas de procedencia”, que son aquellas concedidas por el príncipe al momento de distinguir a una población con el título de ciudad, y cuyo blasón iba compuesto con algún mueble, pieza o figura propios de las armas del reino o imperio al que formaban parte o estaban jurídicamente vinculados. Así y en términos claros, el Cronista de Armas D. Vicente de Cadenas define a las armas de procedencia como "las que incorporan las armas del reino del que forma parte" (Cfr. de Cadenas y Vicent, Fundamentos de Heráldica (Ciencia del Blasón), Madrid, 1994, p. 106).
Las Armas de la Ciudad de Campeche |
3. Precisamente, las antiguas armas de Antequera pueden ser denominadas de procedencia, ya que tanto en su forma como en su contenido aluden al reino o imperio al cual mantenían un vínculo de derecho público. Véase no sólo dicho blasón, sino otras armas históricas a que me referí en tal publicación, como las armas concedidas a la ciudad de Santiago de Chile (Real Cédula de 5 de abril de 1552, con un león rampante al natural, de impresionante parecido con las de Antequera); las armas de la Villa de San Cristóbal de Los Llanos, hoy Chiapas (Real Cédula de 1° de marzo de 1535, con un león rampante), las armas antiguas de la ciudad de Cartagena de Indias, Colombia (Real Cédula de D. Felipe II con fecha 23 de diciembre de 1574, con dos leones rampantes). En resumen, todas ellas denotan que la ciudad estaba vinculada al territorio de Indias que, a su vez, era un patrimonio vinculado a la corona castellano-leonesa, que se transmitía a quien fuere el titular de dichos reinos.
Armas de San Cristóbal de los Llanos |
4. De este modo, se observa que el César Carlos, así como su sucesor D. Felipe y los príncipes posteriores, eran de la costumbre de conceder armas a las villas y ciudades de las Indias, armas que siempre llevaban un mueble, pieza o figura heráldica que significara la pertenencia jurídica de la villa o ciudad a la corona castellano-leonesa. De ahí que se escogiera, naturalmente, al león rampante de púrpura, al castillo de oro, al águila de San Juan Evangelista, etc. En la especie, las armas de la antigua Antequera de Guajaca, llevaban el león rampante de púrpura y coronado de oro, tal como el león rampante, de púrpura y coronado de oro, que lleva el 2° y 3° cuarteles de las armas de Castilla y León. Es clara, pues, la denotación del vínculo entre ciudad y reino, merced a la identidad de la figura heráldica en ambos blasones.
5. Por otra parte, el señor Sánchez consulta sobre la bordura de azur y las ocho aspas que circundan el mentado escudo de Antequera, asunto que no había sido contestado con el rigor debido. Por fortuna, y dentro de mis investigaciones, di con una tesis doctoral del Dr. D. Luis Valero de Bernabé llamada Estudio Comparativo de las Características de la Heráldica Gentilicia Española (Universidad Complutense de Madrid, España, 2007), en donde trata a la así llamada Bordura Aspada Española.
6. Ante todo, y para mejor ilustración, examinemos lo que es una bordura, para después pasar a su especie, la bordura aspada española. La bordura es una pieza de honor que consiste en un marco amplio, ya de metal ya esmaltado, que circunda a toda la boca del escudo. Hay varias especies de borduras, siendo las especies principales la bordura plena, la bordura irregular y la bordura cargada, destacándose esta última para el caso en comento. En propiedad, la bordura cargada es aquella que contiene en el interior de la bordura un número cierto de figuras heráldicas, por lo general, en siete, en ocho, en diez. Son especies de borduras cargadas, entre otras, la bordura flordelisada, la bordura castillada, la bordura calderonada, y por supuesto, la bordura aspada española.
7. La bordura aspada española es aquella especie de bordura cargada que contiene un número cierto de aspas o cruces de san Andrés. El uso de esta bordura tiene un significado castrense medieval, que se pierde en la bruma de la leyenda. Citando al profesor Valero de Bernabé: "Es de todos conocida la leyenda que hace proceder su difusión de la batalla de Baeza contra los sarracenos, reñida el día del apóstol San Andrés del año 1227 [sc. el 30 de noviembre], en cuya memoria pusieron en sus escudos, los que ganaron este triunfo, una bordura de gules cargada con las aspas de San Andrés en oro, lo que se denomina bordura aspada española" (Valero, op. cit. p. 33). Es a tal punto relevante esta leyenda, que después de la batalla, el rey castellano, D. Fernando III "El Santo", ordenó que en el estandarte real llevara sobre sí la cruz de san Andrés, como honra por la intercesión del apóstol en la victoria contra los sarracenos; pasando a ser uno de los signos de los reyes castellanos, así como el haz de flechas y el yugo con un nudo cortado, que aportaron los reyes católicos, al unirse el reinio de Aragón con los reinos castellano-leoneses. Posteriormente, cambió su variante a la cruz borgoñona (que es la cruz de san Andrés formada por dos maderos rojos, cruzados y con sus nudos a la vista); pasando a ser el signo heráldico y vexilológico propios del Imperio Español.
8. Por esto, no es raro encontrar que en las armas de Guajaca llevase una bordura cargada con las cruces de san Andrés, y del mismo modo la bordura aspada del escudo de Guadalajara (cuyo blasón y título de ciudad fue concedido por el Emperador D. Carlos V por Real Cédula fechada el 8 de noviembre de 1539; sólo que en este caso, el fondo lleva dos leones rampantes la bordura es de oro con siete aspas de gules), puede colegirse que la significación de esa bordura aspada es su pertenencia al Imperio Español en general, y a la corona castellano-leonesa en particular.
Espero que, esta vez, mi aportación se aproxime a una respuesta que pueda contentar la inquietud del señor Sánchez.
Reciba Vd. mi atento saludo y, otra vez, mi felicitación por su impecable blog,
Carlos Alberto Cerda Acevedo
Saludos y nos leemos en la siguiente entrada.